Add parallel Print Page Options

Ester le respondió:

—Si Su Majestad en verdad me ama, y si le parece bien, le pido que salve mi vida y la de mi pueblo. Se ha puesto precio a nuestra vida, y se nos quiere destruir. Si hubiéramos sido vendidos como esclavos y esclavas, yo me callaría, y no molestaría a Su Majestad por algo sin importancia.

El rey Asuero le preguntó:

—¿Y quién se atrevió a hacer esto? ¿Dónde está?

Read full chapter